ENFERMEDADES



LA ENFERMEDAD DE LA DILATACIÓN DEL PROVENTRÍCULO EN LOS CANARIOS (E.D.P.)

  ETIOLOGÍA
El Proventrículo de los pájaros, es un estómago glandular en cuyo interior se inicia la digestión enzimática, debido a la acción del jugo gástrico que impregna los alimentos ingeridos y que posteriormente facilita la digestión química que se realiza en la Molleja y en el Intestino.
El Proventrículo tiene forma ovoide y se halla situado entre el Esófago y la Molleja, que es en realidad el estómago muscular de las aves, asentado entre los lóbulos del Hígado.
Como consecuencia de las investigaciones actuales que patrocina la Loro Parque Fundación, se reconoce la Dilatación del Proventrículo como una enfermedad infecciosa, cuyo agente causal no ha podido ser todavía identificado ni descrito.
Por ello es importante que continúen las investigaciones para identificar lo que parece podría ser un virus o un agente bacteriano.
El hecho de que no todos los pájaros desarrollen la enfermedad tras ser expuestos al contagio, permite albergar esperanzas respecto al resultado de los estudios actuales, ya que estos sujetos que no contagian, podrían desarrollar una respuesta inmunitaria y poseer una resistencia innata o capacidad de convertirse en portadores asintomáticos, con características que evitaran el desarrollo de la enfermedad por ausencia de factores desencadenantes.
La Enfermedad de la Dilatación Proventricular al igual que el síndrome patológico intestinal de los canarios, conllevan severas alteraciones en la microflora acidófila, huésped habitual del intestino de los canarios sanos.
A consecuencia de la medicación con antibióticos o sulfamidas, la flora intestinal es aniquilada y como consecuencia inmediata surge La presencia de hongos patógenos especialmente de Cándida albicans, que invaden, obstruyen y dilatan el Proventrículo y los Intestinos.
SINTOMATOLOGÍA
La enfermedad, cursa en los canarios con presentaciones clínicas claramente diferenciadas si afecta a los pichones de nido o a los sujetos adultos, sin olvidar la existencia de una forma congénita que causa la muerte embrionaria antes de la eclosión. Describiremos en primer lugar los Síntomas en los Pichones:
- Se detiene el crecimiento, el buche suele estar vacío al negarse la madre a empapuzar a pichones enfermos. Excepcionalmente hay alguna hembra que sigue alimentándolos, a pesar de que estén infectados.
- A consecuencia de la deshidratación que conlleva el cuadro diarréico, la piel se reseca y se agrieta progresivamente.
- Aparece una inflamación intestinal aguda, que permite observar a través de la piel del abdomen, el proventrículo y la molleja dilatados.
- Los intestinos adquieren una coloración oscura, a la vez que las deyecciones se hacen verdosas y malolientes.
- En algunos casos, al pedir alimento los pichones estirando el cuello, se observa un movimiento pendular rítmico que indica que el Sistema Nervioso Central ha sido también afectado por la enfermedad.
- En este estadio agudo queda afectado el Bazo, haciéndose visible el clásico «punto negro». El Hígado se inflama, la cloaca se obstruye y los pichones mueren, percibiéndose al poco tiempo un intenso y desagradable olor putrefacto.
En los canarios adultos la Enfermedad puede presentar un cuadro subagudo, agudo e inclusive crónica. Generalmente los sujetos enfermos mueren después de unos días o semanas de la aparición de los síntomas clínicos, que seguidamente describimos:
- Pérdida progresiva de peso, delgadez, presentan el esternón en cuchillo, embolamiento, diarrea con deyecciones abundantes serosas o mucosas, inflamación proventricular e intestinal, respiración acelerada y aumento distensivo del abdomen.
- Incoordinación funcional, movimientos anormales o irregulares de la cabeza, ataxia, y parexia muscular en las patas, son signos que pueden hacer pensar que se halle afectado por la enfermedad el Sistema Nervioso Central del pájaro.
DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO
Un diagnóstico presuntivo puede establecerse en base al historial sintomático observado, especialmente si existe disfunción digestiva, evidente dilatación proventricular o diarrea aguda serosa o mucosa.
Se recomienda efectuar Análisis Clínicos, Antibiogramas, Análisis de excrementos, estudio de los Hongos patógenos que aparezcan en el curso de la analítica, y cuantos otros métodos se estimen convenientes.
Generalmente la existencia de la E.D.P o el Síndrome Abdominal Infeccioso, suelen confirmarse mediante biopsias de tejidos del proventrículo, bazo, hígado, molleja o intestinos, procedentes de pájaros enfermos sacrificados o recién muertos.
Cuando finalicen las investigaciones que actualmente se realizan en la Universidad de Georgia patrocinadas por la Loro Parque Fundación, posiblemente poseeremos la información necesaria para garantizar el Diagnóstico y conseguir un Tratamiento para curar definitivamente la enfermedad o de una Vacuna para prevenirla.
En tanto no se alcancen estas metas, existe una actitud generalizada entre los aficionados a la cría de canarios para paliar los efectos del Síndrome Patológico descrito, que consiste en administrar junto con la pasta de Cría a dosis adecuadamente excipientadas, un Antibiótico de acción antibacteriana, de efecto rápido, que no presente resistencia cruzada con las Tetraciclinas y que posea un amplio espectro, como por ejemplo es el Ciprofloxacino.
Para combatir la existencia de hongos, especialmente de Candida albicans que aparece en Proventrículo, Molleja e Intestinos, a consecuencia de la destrucción de la microflora acidófila, se suele administrar un antimicótico en el agua de bebida que puede ser el Ketotonazol presentado en solución.
Existen en el mercado especializado varios medicamentos pensados, fabricados, excipientados y dosificados para ser administrados a los Canarios enfermos por este proceso infeccioso. Suelen ser por su comodidad, los más usados por los canaricultores deportivos.
No obstante, pensamos que todo ello debiera ser dirigido y controlado por un Veterinario.

ASPERGILOSIS EN AVES

  La Aspergilosis, también denominada Neumonía Micótica y Neumonía de las Nacedoras, es una enfermedad producida por un hongo, generalmente Aspergillusfumigatus aunque también puede estar ocasionada por Aspergillusflavus o Aspergillus niger.
La aspergilosis es un problema de gran importancia económica en la industria de las aves de granja, y es frecuentemente causa de enfermedades respiratorias en aves de compañía, de aviario y silvestres.
A principios de 1800 se descubrieron mohos, probablemente pertenecientes al género Aspergillus, en aves silvestres (patos, grajos y cisnes). La primera vez que se describió provocando lesiones fue en 1842 en el saco aéreo de un Pinzón Real (Fringilla montifringilla). Ya en 1912 De Jong describió la enfermedad en canarios, donde observó recubrimientos pequeños y costrosos de color amarillo blanquecino sobre la lengua, paladar, apertura superior de la laringe, tráquea, siringe y pulmones.
Las esporas de Aspergillus. las cuales se distribuyen ampliamente por todo el mundo, se producen en grandes cantidades en algunos días, en condiciones favorables de posibilidad de alimento y abundante disponibilidad de oxigeno, y son muy resistentes a las condiciones ambientales desfavorables.
TRANSMISIÓN
El desarrollo de la enfermedad está determinado por factores como:
- Número de esporas presentes en el aire.
- Duración de la exposición de las aves a estas esporas.
- Edad del ejemplar: los individuos muy jóvenes o muy viejos son más sensibles.
- Los tratamientos prolongados a base de antibióticos (especialmente tetraciclinas) y/o antiinflamatorios predisponen.
- Malnutrición.
- La ventilación pobre de los locales favorece que las esporas ya formadas sean fácilmente inhaladas.
- Presencia en el ambiente de irritantes respiratorios (amoníaco, humo de tabaco, gases procedentes de desinfectantes, etc.)
- Enfermedades concomitantes.
Un ejemplo de los efectos del stress y de la susceptibilidad de la especie en el desarrollo de la enfermedad es el siguiente: gaviotas comunes que parecían .estar sanas, cuando se cazaban presentaban posteriormente aspergilosis durante su cautiverio en locales con una baja densidad de esporas de Aspergillus en el ambiente; sin embargo gallinas alojadas en la misma estancia no se contagiaban. La vía más frecuente de transmisión de las aves adultas es el aire inspirado. También puede producirse el contagio por heridas punzantes contaminadas por este hongo, especialmente si las heridas penetran en los sacos aéreos.
La aspergilosis se adquiere de fuentes ambientales, no es una enfermedad que se contagie de un ave a otra. Las infecciones ocurren casi siempre secundarias a una inmunodepresión. Aves sanas expuestas a altas concentraciones de esporas son resistentes. Los pingüinos son bastantes susceptibles, sobre todo los que viven en cautividad. Las rapaces y las aves acuáticas son también muy sensibles. En menor grado de sensibilidad están las psitácidas y los paseriformes. Durante estos años de clínica aviar, las aves que más frecuentemente me han traído con aspergilosis han sido yacos, amazonas de frente azul y mainates.
Las aves poseen un eficiente mecanismo de limpieza en las vías respiratorias; consiste en una cubierta de moco en bronquios y tráquea que se desplaza hasta el exterior. En condiciones de humedad suficiente esta cubierta de moco actúa como un eficaz tapiz deslizante que elimina las esporas al exterior antes de que puedan germinar. La abundancia de polvo con humedad baja provoca la paralización de este sistema de defensa.
Aspergillus y otros hongos crecen rápidamente en materia orgánica en descomposición. Un material de nido excesivamente húmedo favorece el crecimiento, contaminando los huevos e infectando a los polluelos. La comida con polvo o la crianza de gusanos de harina en malas condiciones pueden contener numerosas esporas fúngicas.
SÍNTOMAS
La sintomatología puede aparecer de forma aguda o crónica.
La aspergiriosis aguda es fatal. Ocurre tras la inhalación de gran cantidad de esporas y tiene un desarrollo rápido. Los síntomas son: pérdida de apetito, dificultad respiratoria y muerte, a veces sin síntomas previos.
La aspergiiosis crónica es la más frecuente, con los típicos nódulos o placas en pulmones y/o sacos aéreos. Los nódulos son de color blanco, amarillo o verde. La tráquea, la siringe y los bronquios están frecuentemente involucrados. Los síntomas son variables: dificultad respiratoria, letargia o depresión y pérdida de peso. A menudo la enfermedad va afecta a una gran extensión del aparato respiratorio cuando aparecen los primeros síntomas. Algunas aves infectadas aparentan estar sanas y sin embargo presentan lesiones en la necropsia.
La debilidad causada por una infección bacteriana, vírica o parasitaria puede proporcionar al hongo el papel de un invasor oportunista, y oscurecer así la causa verdadera de la mortalidad.
No todas la aspergilosis son mortales.
Las lesiones afectando al tracto respiratorio superior (tráquea, siringe y bronquios) están frecuentemente asociadas con:
- Cambios en la voz (disminución en el volumen, cambio en el tono o negativa a hablar o vocalizar).
- Sonidos respiratorios.
- Dificultad respiratoria: frecuentemente el primer síntoma notado es un tiempo excesivamente prolongado para recuperarse después de un ejercicio moderado.
En ocasiones la aspergilosis afecta al Sistema Nervioso, produciendo incoordinación en los movimientos o parálisis.
DIAGNOSTICO
Confirmar la enfermedad en el ave viva resulta bastante difícil. Una vez muerta, el hallazgo de las lesiones típicas en el aparato respiratorio son de gran valor. La historia clínica, análisis laboratoriales, radiografías, endoscopia, etc son prácticas que nos pueden ayudar en el diagnóstico.
Existen otras enfermedades que pueden presentar una sintomatología parecida, como son la Ornitosis y la Micobacteriosis.
En general el pronóstico es grave, con o sin tratamiento.
TRATAMIENTO
Resulta bastante insidiosa su aplicación, muchas veces vía intravenosa. Existen varios medicamentos que pueden usarse, pero todos ellos con efectos secundarios, por lo que es fundamental ponerse en manos de un veterinario especialista en aves para que instaure el tratamiento más adecuado en función de la especie afectada.
CONTROL
La mejor forma de controlar esta enfermedad es mediante su prevención. Muchas veces la cama contaminada es fuente de este hongo. La reducción del polvo y la mejoría en la ventilación de los locales disminuye la posibilidad de contagio. La ventilación natural es mejor que el aire forzado.
Otra forma de prevenir es reduciendo cualquier fuente de stress para las aves: malnutrición, hacinamiento, tratamientos antibióticos innecesarios, etc.

MICOTOXICOSIS EN AVES

 
Recientemente (septiembre 1997) apareció en la prensa el problema que había surgido con la importación de pistachos procedentes de Irán contaminados con aflatoxinas. Más de un avicultor se habrá preguntado si estas sustancias tóxicas y cancerígenas para las personas también pueden serlo para las aves. La respuesta es afirmativa, razón que me animó a escribir este artículo.
Las aflatoxinas son micotoxinas, es decir, sustancias producidas por hongos. Pero no todos los hongos son capaces de producir estas sustancias. Las micotoxinas recibieron atención mundial a principios de los años 60 cuando la aflatoxicosis provocó graves trastornos y mortalidad en animales para consumo. La importancia de estas sustancias se acentuó cuando se descubrió su capacidad para producir cáncer.
Existen diferentes tipos, aunque las de mayor importancia en las aves son la Aflatoxina B1, la Ocratoxina A y la toxina T-2.
Pueden ser clasificadas según el órgano al que atacan, no obstante la mayoría produce lesiones en más de un órgano; así tenemos: hepatotoxinas, nefrotoxinas, neurotoxinas, dermatotoxinas, etc. La actividad de estas sustancias es tan alta que con sólo milésimas de miligramo por kilogramo de alimento se pueden alcanzar dosis tóxicas. Los hongos capaces de producir estas toxinas son varios, siendo los más importantes los del género Aspergillus, Penicillium y Fusarium. Estos hongos pueden crecer prácticamente, sobre cualquier producto alimenticio conservado en condiciones defectuosas y durante un tiempo suficiente.
La aparición de las micotoxinas puede ocurrir tanto en las semillas antes de su recolección como ocurre con los hongos Claviceps (cornezuelo) que parasitan los campos de centeno, trigo y cebada; o los hongos típicas de los silos (Aspergillus) que se desarrollan de forma natural en los cultivos de cacahuete, algodón, maíz, etc. antes , durante o después de la recogida.
Las condiciones ambientales existentes durante el transporte, almacenaje y elaboración industrial de los alimentas son fundamentales para el crecimiento de los hongos. Los factores a tener en cuenta son: humedad, temperatura, ventilación, presencia de insectos y microorganismos, tiempo de almacenaje, tratamientos químicos, naturaleza del producto, etc. Así tenemos que las mejores condiciones ambientales para la producción de aflatoxinas son:
- Buena aireación y baja concentración de C02.
- Temperatura ambiente entre 25 y 30 grados Centígrados.
- Humedad preferentemente mayor al 85%.
- Oscuridad.
Los alimentos que son susceptibles al desarrollo de los hongos se someten al tratamiento con productos químicos de acción antifúngica. Esto permite una mayor flexibilidad en cuanto a la conservación de ciertos productos y a la longitud del tiempo de almacenamiento. Sin embargo, cuando las toxinas están ya formadas estas sustancias antifúngicas no tienen efecto alguno.
Las características generales de las micotoxicosis son las siguientes:
- No es un problema contagioso, estando limitado al grupo de las aves con una alimentación común.
- Los ejemplares afectados no muestran mejoría con la administración de los medicamentos convencionales.
- La aparición del problema es estacional: la producción de toxinas depende de unas secuencias climáticas determinadas.
- El estallido de la enfermedad puede estar asociado al uso de determinados ingredientes en la alimentación: cacahuetes, maíz; o bien al uso de granos de una determinada cosecha o almacén.
La sintomatología puede aparecer de las siguientes formas:
A) Micotoxicosis aguda: cuando se consumen cantidades relativamente altas de micotoxinas. Aparecen unos síntomas específicos y claros, tal como hemorragias, hepatitis, nefritis, necrosis de la mucosa oral o intestinal, o incluso muerte. Todo ello en función de la toxina implicada.
B) Micotoxicosis crónica: en aquellos casos en los que las cantidades ingeridas son relativamente bajas. La sintomatología es inespecífica: malestar, apatía, retraso en el crecimiento, etc.
En situaciones en las que la ingestión de micotoxinas es extremadamente baja, el único síntoma apreciado es un bajón en la respuesta inmune que va a facilitar el desarrollo de otras enfermedades. Así tenemos que el consumo de pienso con cantidades bajas de aflatoxinas predispone a las aves a salmonelosis, candidiasis y coccidiosis.
Las aves están expuestas a estas sustancias tóxicas por ingestión de comida contaminada, por contacto a través de la piel o por inhalación. Ante una dosis baja es más fácil que se intoxique un ave estresada o mal alimentada que un ejemplar sano.
TIPOS DE MICOTOXINAS
A) AFLATOXINAS.
Existen diferentes tipos (B1, B2, G1, G2), siendo el más tóxico el B1. Casi cualquier alimento (pan, queso, judías, zumos, carne) o grano (cacahuetes, nueces, cereales) para aves es válido para el crecimiento de los hongos (Aspergillus, Penicillium) y la formación de las aflatoxinas.
En patos intoxicados con este tipo de sustancias se observó inapetencia, reducción del crecimiento, vocalizaciones de gritos anormales, picaje de las plumas, incoordinación de movimientos y convulsiones antes de morir. Las piernas y patas presentaban un color púrpura. En la necropsia se encontraron lesiones importantes en el hígado.
En pavos afectados por estas sustancias se apreció pérdida de apetito, marcha tambaleante y muerte.
En general, los síntomas apreciados en aves son: disminución en la producción de huevos, anemia por hemorragias intestinales, graves alteraciones hepáticas, síntomas nerviosos, parálisis y mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. La inmunosupresión producida por estas sustancias se explica por la atrofia de los órganos de defensa (Bolsa de Fabricio, Timo y Bazo).
La aflatoxicosis crónica suele producir tumores, fundamentalmente en el hígado, aunque también puede presentarse en el páncreas, aparato urinario y hueso.
La susceptibilidad de las aves domésticas a las aflatoxinas varía entre especies, razas y líneas genéticas.
En general, los patos jóvenes, los pavos y los faisanes son susceptibles, mientras que los pollos, las codornices japonesas y las gallinas de Guinea son relativamente resistentes.
El efecto de estas sustancias es mayor con dietas pobres en grasas, en proteínas o con deficiencias en vitamina D3 o vitamina B2.
Las aflatoxinas se distribuyen por todo el cuerpo del ave, pudiendo pasar a los huevos, y se eliminan con rapidez si se proporcionan dietas sin contaminar.
B) TRICOTECENOS
Se trata de micotoxinas producidas por el hongo Fusarium, Trichothecium, etc. Estos hongos se encuentran en todo el mundo.
La producción de toxina es mayor con humedad elevada y temperatura de 6 a 24 grados Centígrados. Son sustancias estables y resisten el deterioro durante el almacenamiento prolongado.
Se ha identificado la toxina T-2 en numerosos alimentos: maíz, sorgo, cebada, semillas de cártamo, avena, etc.
Los tricotecenos son toxinas caústicas e inducen lesiones erosivas en la boca de las aves.
También originan alteraciones en el proventrículo, molleja, plumaje, así como dermatitis por contacto y gangrena seca en dedos.
En Israel, cinco días después de una entrega de alimentos a un lote de 2.800 gallinas, la producción de huevos disminuyó de unos valores normales de 2.433 huevos al día a 150. Este descenso, que empezó un día después de haber entregado el alimento, se acompañó con síntomas como depresión, rechazo al alimento y crestas y barbillas azuladas. Hubo mejoría en la enfermedad clínica y la producción de huevos aumentó cuando se proporcionó alimento no contaminado.
En una explotación de gansos y patos en Canadá, alimentados con cebada contaminada con toxina T-2, se encontraron los siguientes síntomas: reducción de la actividad espontánea, rechazo al alimento y aumento de la ingestión de agua. Los gansos murieron en dos días.
En patos silvestres la toxina T-2 ocasiona placas necróticas en toda la superficie del tracto alimentario superior, en especial en la orofaringe y en el proventrículo. Los patos de Muscovy son en particular sensibles.
En grullas produjeron parálisis del ala y cuello, depresión, etc. Estas aves tuvieron acceso a restos de cacahuetes que contenían altas cantidades de micotoxinas.
En un estudio realizado se hallaron altas cantidades de toxina 1-2 en semillas muy dañadas por insectos.
C) OCRATOXINAS
Producidas por hongos del género Aspergillus y Penicillium. Especialmente importante en aves es la ocratoxina A. Esta sustancia se identificó por primera vez en el maíz; posteriormente en granos como trigo, cebada, sorgo, etc.
También puede encontrarse en pan mohoso y en harina cuando se usan como subproductos de pastelería en la alimentación para aves.
Para su formación se requiere una temperatura y una humedad elevada.
La sintomatología aparecida está ligada fundamentalmente al daño renal que se produce; otros síntomas son inflamación de los sacos aéreos, problemas nerviosos, alteraciones hepáticas e inmunodepresión.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico certero de cualquier micotoxicosis puede resultar bastante difícil. Las razones son las siguientes:
- El hecho de encontrar el hongo no significa que éste haya producido toxinas. Es frecuente encontrar comida enmohecida sin micotoxinas presentes.
- Es posible que el hongo responsable haya desaparecido y sin embargo persistan las toxinas fúngicas.
- A parte de encontrar la micotoxina es necesario saber si se encuentra en cantidades suficientes como para producir enfermedad en esa especie en concreto.
- Obtener muestras de comida representativas es difícil. En un mismo saco de granos puede haber zonas contaminadas y otras no.
- Las pruebas físicas, químicas y biológicas existentes en el mercado para detectar micotoxinas no cubren todos los tipos existentes.
Una forma sencilla, no definitiva pero sí orientativa, de diagnosticar la presencia de hongos sobre las semillas es mediante la aplicación de luz negra sobre los granos para observar la coloración verde fluorescente procedente de Aspergillus.
TRATAMIENTO
En primer lugar decir que no hay un tratamiento específico para curar este tipo de intoxicaciones. Lo único que se puede hacer es:
- Eliminación del alimento tóxico y reemplazarlo por comida sin contaminar. La recuperación de las aves de casi todas las micotoxicosis es posible poco tiempo después de administrar productos libres de toxinas fúngicas.
- Administrar una terapia de soporte a base de vitaminas, aminoácidos, minerales, etc.
- Suministrar carbón activado vía oral para que impida la absorción intestinal de las micotoxinas presentes en la comida.
PREVENCIÓN
Es más fácil prevenir la exposición a estos productos que intentar tratar la intoxicación.
La prevención supone la adquisición de alimentos libres de micotoxinas, y prácticas de manejo que eviten el crecimiento de hongos y la formación de toxinas fúngicas. Siempre aconsejo a los avicultores que si tras la administración de un lote nuevo de comida empiezan a notar síntomas raros en sus aves corten el suministro de alimento, sustituyéndolo por otro de una marca distinta o procedente de otro almacén si el producto ha sido comprado a granel. Una vez esclarecida la fuente de la enfermedad se podrá volver a la comida que estaba bajo sospecha, siempre y cuando no fuera ella la responsable.
Cuanto menor sea el tiempo de almacenamiento del alimento mejor para evitar su enmohecimiento. Las bolsas de plástico selladas o recipientes de vidrio son apropiados sólo para el almacenamiento por corto tiempo, debido a que el grano se deteriora con rapidez en contenedores sin aire.
Nunca se deberían ofrecer a las aves alimentos sucios, dañados por insectos o enmohecidos.



LAS ENFERMEDADES VÍRICAS EN CANARICULTURA

  Las virosis o viriasis constituyen un capítulo importante dentro de las enfermedades infectocontagiosas que afectan a nuestros canarios y representan un reto en el diagnóstico y en la terapia.
Se trata de enfermedades cuya etiología es vírica, es decir, el agente causal es un virus.
Los virus son los entes más pequeños que existen y sólo son visibles al microscopio electrónico. No son considerados auténticos seres vivos sino acelulares pues son parásitos obligados y necesitan un hospedador para poder vivir. Su organización es muy sencilla, ya que constan de una molécula de ácido nucleico (ADN óARN, nunca ambos tipos), una envoltura proteínica llamada cápsida, y en ocasiones una envoltura membranosa lipoproteica.
Los virus que contienen ADN son llamados adenovirus y los que contienen ARN son ribovirus. Los que pueden atacar a animales, vegetales y a bacterias; o sea, hay virus animales, vegetales y bacteriófagos. El canario no podía ser una excepción y como todos los animales es atacado por distintos tipos de virus animales.
La forma de causar daño algunos virus es disminuyendo la producción de algunas hormonas, por ejemplo la hormona del crecimiento, por lo que algunos casos de raquitismo y disminución del crecimiento pueden tener una etiología vírica. Otros virus pueden producir tumores.
Los virus se transmiten a través del aire, agua, heces, parásitos, suelo, comida, aves portadoras, bien enfermas o sanas (portadores sanos) e incluso el propio canaricultor puede actuar de transmisor entre unos canarios y otros. La vía de transmisión al canario, por tanto, puede ser respiratoria, digestiva, a través de la y cópula, a través del huevo y cutánea, siendo la vía respiratoria la más frecuente.
El sistema inmunológico es responsable de reaccionar frente a los microorganismos, de ello se encargan los glóbulos blancos o leucocitos, bien digiriendo por fagocitosis al virus o bien mediante la formación de anticuemos específicos. También las células infectadas por un virus pueden sintetizar una sustancia llamada interferón que ayuda a combatir a ese virus.
El resultado de esta lucha dependerá de la eficacia de la defensa y de la virulencia del virus.
Si el pájaro sale vencedor quedará inmunizado frente a ese microbio, en la mayoría de las veces de por vida. La inmunidad frente a un determinado microorganismo también se transmite a la descendencia.
La eficacia del sistema inmunitario también varía de unos individuos a otros y esto condiciona una mayor o menor resistencia frente a la infección.
La edad también es un factor que influye, ya que los pájaros jóvenes son más vulnerables, así como los más viejos; la vejez es un elemento de fragilidad; las situaciones de cría, muda e incubación también hacen más sensibles a los pájaros.
El canaricultor está más desarmado, en general, frente a las enfermedades víricas con respecto a las bacterianas, ya que los antibióticos son ineficaces contra los virus, y sólo podrán ser utilizados para contrarrestar las infecciones oportunistas secundarias provocadas por éstos, pues al debilitar el organismo, son más vulnerables a las infecciones por bacterias. Por otro lado, el uso inadecuado de antibióticos, como por ejemplo las tetraciclinas, durante una infección vírica puede dar lugar a una situación de bajada de defensas (inmunodepresión) y hacer que el organismo sea más sensible al ataque del virus, por lo que aumenta el riesgo de infección. En general los virus son más resistentes que las bacterias a la acción desinfectante.
¿Cómo puede luchar el canaricultor contra las enfermedades víricas? Existen medidas preventivas de carácter general, y otras más específicas. En cuanto a la prevención general podemos decir que una escrupulosa higiene y desinfección resultan esenciales; en tal sentido diré que la lejía, las sales de amonio cuaternario y las radiaciones solares son armas muy eficaces para ¡a destrucción del virus. El mantenimiento de un riguroso período de aislamiento de alrededor de un mes antes de incorporar a nuestro aviario aves recién adquiridas o provenientes de exposiciones es una medida muy eficaz, el descartar para la reproducción y aislar cualquier ejemplar que muestre signos de enfermedad e incluso los portadores sanos (aunque esto sólo podrá ser realizado por determinados test y análisis de laboratorio) son otras medidas muy importantes.
El hacinamiento, la falta de una adecuada ventilación, el contacto con aves silvestres, palomares y gallineros, también son circunstancias que favorecen la propagación de los virus y el aumento de su virulencia. Tampoco es conveniente que convivan en la misma jaula animales ro no por ello invulnerables.
La selección por la salud tiene una gran importancia cara a la prevención de las enfermedades víricas.
En cuanto a medidas de prevención específicas tenemos la vacunación, por medio de la cual los pájaros crearán anticuerpos que les harán inmunes frente a una determinada infección vírica (inmunidad artificial activa). El problema es que lamentablemente en canaricultura contamos con muy pocas vacunas específicas para los canarios, pues las opiniones, en algunos casos, y con relación a la utilización de determinados tipos de vacunas, varían mucho según los especialistas y laboratorios consultados. Además de esto está el hecho de las mutaciones víricas que hacen ineficaces a las vacunas, igual que pasa por ejemplo con la gripe humana o el SIDA. Todos estos hechos constituyen el talón de Aquiles de nuestra afición, pues la aparición de este tipo de enfermedades incurables, hoy por hoy, dan poca seguridad a la cría del canario, ya que en poco tiempo pueden llegar a eliminar el trabajo de años y años de selección, lo que es mucho más importante que las pérdidas económicas pues por otro lado, éstas no suelen ser cuantiosas. Pienso que son pocos los criadores con varias décadas de experiencia que se hayan librado de una epidemia vírica que haya puesto a prueba su afición; la verdad es que eso desmoraliza a cualquiera y más si se es neófito en el tema.
Entre las enfermedades víricas que pueden afectar al canario tenemos:
difteroviruela, laringotraqueitis infecciosa, paramixovirosis.
La difteroviruela está producida por un Pox-virus y es la enfermedad vírica más conocida y frecuente, ataca frecuentemente en verano y otoño; afortunadamente se dispone de vacunas, pero éstas deben ser específicas para el canario, pues lo demás será perder el tiempo, el dinero y las vidas de nuestros canarios. Es muy importante vacunar adecuadamente, pues si no se hace corremos el riesgo de propagar la enfermedad en nuestro criadero. Antes de vacunar a cada canario será preciso esterilizar la aguja, para evitar la transmisión por canarios que pudieran estar en período de incubación de dicha enfermedad. Por otra parte, habrá que comprobar a la semana o diez días la efectividad de la vacunación por medio de la observación de una pústula del tamaño de un grano de arroz en la membrana alar (punto de inoculación), para proceder a una nueva vacunación si fuera necesario. Hay que revacunar anualmente, pues al cabo de este tiempo la tasa de anticuerpos en sangre será baja y no asegura la inmunización total del animal.
La laringotraqueitis infecciosa está producida por un virus Torpeio cívium, y aunque en avicultura existen vacunas no se cuenta en la actualidad con vacunas específicas para el canario.
Otro tipo de virus que pueden atacar al canario son los paramixovirus, originando paramixovirosis, siendo ¡a más conocida la enfermedad de Newcastle o pseudopeste aviar, y que por otro lado constituye una zoonosis, es decir una enfermedad con posibilidad de ser transmitida a la especie humana.
La vacunación al canario contra esta enfermedad es controvertida, ya que existen dos tipos de vacunas: vacuna con virus inactivado (Hitchner B1) y vacuna tipo La Sota; aunque aquí no se ponen de acuerdo los distintos autores sobre el tipo con que vacunar al canario, pues parece ser que en algunos casos se han producido accidentes mortales en los canarios e incluso según algunos autores existen grandes riesgos de difundir la enfermedad, al dar lugar las vacunas vivas a animales portadores de virus. Mi opinión personal, según mi propia experiencia y el consejo especialista, es la de vacunar en último extremo con el tipo Hitchner B1 , es decir, una vez confirmada la enfermedad.
Vuelvo a insistir en que la patología de las pequeñas aves de compañía está un poco dejada por el mundo veterinario, aunque parte de culpa del problema lo tenemos los canaricultores, por no consultar periódicamente y ofrecerles cadáveres y animales enfermos para que hagan autopsias y un mejor estudio de estas enfermedades.
Además de las enfermedades víricas citadas existen otras menos conocidas en el canario, pero también citadas por algunos autores, así la leucosis y la enteritis hemorrágica, enfermedades producidas por enterovirus, enfermedad de Marek, además de otras muchas por identificar y estudiar, pero sin duda presentes en nuestros canarios, y que cuantitativamente pienso son las más numerosas.
Si a pesar de todos nuestros esfuerzos por prevenir una enfermedad vírica, ésta se declara, poco podemos hacer salvo mejorar las defensas orgánicas de nuestros pájaros: extremar la higiene, añadir complementos vitamínicos y minerales, bacilos lácticos, aislamiento de ejemplares enfermos, separar los pájaros en grupos lo menos numerosos posible, no intercambiar comederos, bebederos, utilización de levamisol como inmunoestimulante, etc. pero la situación ya prácticamente será irreversible y podemos esperar gran número de bajas en nuestro criadero: será la ley del más fuerte (selección natural). Aquí es más válido que nunca "mas vale prevenir que curar".
Es muy difícil eliminar los virus, siendo lo más normal que el individuo permanezca durante mucho tiempo como portador de los mismos y se reactiven ante una situación de bajada de las defensas motivada por una situación de stress o durante la cría o muda; de aquí la importancia de la eliminación de los portadores para romper la cadena infectiva del virus.
El diagnóstico de las virosis se puede realizar directamente mediante aislamiento e identificación de las muestras biológicas, o de manera indirecta, por medios serológicos, al detectar un aumento en la concentración de anticuerpos específicos para el virus sospechoso.
El aislamiento y cultivo de los virus en laboratorio es mucho más complejo que en el caso de las bacterias.

RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS EN ORNITOLOGÍA DEPORTIVA

RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS
Observamos en nuestros Aviarios que las bacterias y otros microorganismos patógenos que afectan a los pájaros produciéndoles enfermedades infecciosas, han desarrollado resistencia a los antibióticos que hasta hace poco resultaban eficaces en el tratamiento y cura de los ejemplares afectados.
Según el Prof. Levy, las bacterias patógenas constantemente están mutando, mezclándose y demostrando su «ingenio», siendo capaces de llevar ventaja a los antibióticos a pesar de la rapidez con que los investigadores crean nuevos y los Laboratorios los elaboran o comercializan. La resistencia bacteriana a los antibióticos habitualmente usados en Ornitología Deportiva, afecta especialmente a los gérmenes enteropatógenos como las Salmonelas, los Colibacilos, y de manera destacada a la Escherichia coli causante de enfermedades intestinales en los pichones de nido durante los primeros días de vida.
Dice el Dr. Levy, que las bacterias patógenas son «ingeniosas y elásticas», con un alto instinto de supervivencia.
Cuando se enfrentan al ataque de un antimicrobiano, rápidamente arman sus defensas, con una capacidad asombrosa no sólo para inutilizar a los antibióticos que las amenazan, sino también para mutar y poder así vencer a los fármacos que las atacan.
A pesar de que las bacterias poseen un solo cromosoma, su evolución constante las ha dotado de «minicromosomas» adicionales con instrucciones para sobrevivir cuando son atacadas con antibióticos. Incluso un tratamiento antimicrobiano enérgico puede dejar vivas algunas bacterias patógenas resistentes que al reproducirse -por selección natural-, se convierten en microorganismos patógenos resistentes dominantes en el organismo del pájaro atacado.
Este supuesto es algo fácilmente comprobable en Ornitología Deportiva ya que no son pocos los criadores que emplean antibióticos como profilácticos, con escaso control en determinadas etapas de la vida de los pájaros. No es ninguna novedad oír comentar a criadores de canarios que van a iniciar un tratamiento con antibióticos en su Sala de Cría para «LIMPIAR» a sus pájaros.
Una enfermedad infecciosa tratada de manera incompleta o inadecuada, prepara y conduce inevitablemente a que en el Aviario donde así se haya actuado aparezca una reinfección con microorganismos resistentes, siendo casi inevitable que otro tratamiento posterior con algún antibiótico que anteriormente haya sido eficaz, fracase totalmente dado que el microorganismo resistente que se ha hecho dominante, sea capaz de diseminarse por todo el criadero a medida que los pájaros se infectan y contagian entre sí.
El Prof. Levy, investigando las alteraciones genéticas implicadas en las mutaciones de resistencia bacteriana, ha llegado a identificar un locus cromosámico al que denomina M.A.R. (Multiple Antibiotic Resistance), que le lleva a afirmar: Suponíamos que cada mutación bacteriana era distinta, un gene mutaba lo que generaba un tipo de resistencia, otro mutaba y aparecía una segunda resistencia y así sucesivamente. En vez de ello, lo que descubrimos es que muchos microorganismos gram negativos, incluyendo la Escherichia coli y la Salmonella sp., poseen un «interruptor maestro que controla la resistencia a muchos fármacos».
La activación de este interruptor-regulador de la resistencia bacteriana puede producirse por el uso inadecuado de bajas concentraciones de antibióticos, duración errónea del tratamiento, o el uso sin la prescripción Veterinaria puntual de «cócteles» de antimicrobianos.
El Dr. Levy cita en uno de sus trabajos un experimento durante el cual se alimentaron 300 pollitos recién salidos del cascarón con pienso al que se había añadido dosis bajas de Oxitetraciclina. Transcurridos tres meses del nacimiento de los pollitos, la Escherichia coli que se encontró y se identificó al sacrificarlos, era resistente no sólo a las Tetraciclinas sino también a la Ampicilina, la Estreptomicina y las Sulfonamidas.
CONCLUSIONES
Ante lo expuesto nos podemos preguntar:
- Se volverán inútiles los antibióticos «milagrosos» de las últimas décadas?
- ¿Qué se puede hacer para impedir el desarrollo, la diseminació y proliferación de los «supermicroorganismos» resistentes?
Hay que reconocer que a pesar de que muchos antibióticos se han vuelto menos eficaces de lo que eran, siguen siendo los instrumentos más válidos para combatir las enfermedades infecciosas habituales en los Aviarios. No obstante advierte el Prof. Levy que «El conjunto de genes de resistencia está multiplicándose constantemente, así como el número de microorganismos resistentes a más de un antibiótico».
En la práctica de la Ornitología Deportiva deberían tomar buena nota los criadores de NO instaurar en su Aviario ningún tratamiento con antibióticos o quimioterápicos, sin que haya sido prescrito por un Veterinario Especializado, quien probablemente solicitará los análisis clínicos y el antibiograma oportuno para realizar el diagnóstico con el fin de recomendar el antimicrobiano adecuado, la dosificación correcta y la duración del tratamiento. Sólo así, con el uso controlado del antibiótico a emplear, se evitará el aumento progresivo de la resistencia bacteriana.

PSITACOSIS ORNITOSIS

ETIOLOGÍA

Se trata de una enfermedad infectocontagiosa producida por clamidias (tipo de bacterias próximas a las rikettsias), de ahí que también se la conozca como clamidiosis.
Cuando dicha enfermedad afecta a loros, periquitos, etc; es decir, a aves del grupo de las psitácidas se la conoce como psitacosis. Por el contrario, cuando afecta a otras aves como passeriformes, columbiformes, galliformes, es decir, a pájaros, palomas, gallinas, etc, se la designa como ornitosis. En general la ornitosis que se da en canarios por ejemplo, sigue un curso más benigno que la psitacosis en loros y otras psitácidas. Se calcula que en las poblaciones de psitácidas en estado salvaje el 1% es podador del germen, y entre un 20%-30% en las palomas que viven en las ciudades.
Son numerosas las especies de pájaros que pueden resultar afectadas por esta enfermedad: canarios, diamante de Gould, padda, gorriones, etc. Hasta ahora se ha descrito y observado el poder patógeno de Chlamydia psittaci en más de 140 especies de aves, existiendo cepas con diferentes grados de patogeneidad. Para Dorrenstein existen diferentes cepas de Chlamidya psittaci adaptadas a los diversos hospedadores y que pueden infectar al hombre y otros hospedadores diferentes.
TRANSMISIÓN
La transmisión de esta enfermedad se lleva a cabo por vía aerógena fundamentalmente, a través del polvo de las plumas o de los excrementos, expectoraciones de animales enfermos o portadores sanos. También se puede producir contagio a través de la vía digestiva, del huevo, cebado de las crías, siendo probable que también los ácaros actúen como vectores de la enfermedad.
Los factores predisponentes que favorecen la transmisión de la enfermedad son los cambios de temperatura, falta de ventilación e iluminación, traslados, falta de higiene, contacto con las aves salvajes, palomas y en general, todos los factores causantes de stress.
Las aves jóvenes son más sensibles que los adultos, al igual que ocurre con otras muchas enfermedades.
Esta enfermedad constituye una antropozoonosis, es decir, que puede ser transmitida al hombre, fundamentalmente por vía inhalatoria, así como a otros mamíferos como ovejas, vacas, caballos, cerdos, etc.
Desde un punto de vista bacteriológico no existen diferencias entre el germen productor de psitacosis y ornitosis en aves y mamíferos.
SINTOMATOLOGÍA
Los principales aparatos afectados son el respiratorio y el digestivo. Se produce disnea, derrame nasal y ocular, con cierre de uno (lo más frecuente) o ambos párpados, erizamiento de las plumas, somnolencia, inapetencia, diarrea verdosa o grisácea, convulsiones nerviosas, hepatitis. La forma de presentación de la enfermedad puede ser: superaguda, aguda, subaguda o crónica.
En general la morbilidad es mayor que la mortalidad. En las aves portadoras asintomáticas cuando bajan las defensas se puede presentar la enfermedad, igual que cuando una persona está. estresada o malnutrida por ejemplo, es más vulnerable a las infecciones.
Antes del descubrimiento de los antibióticos, en el hombre esta enfermedad podía llegar a ser mortal. En la actualidad cursa con neumonía, pleuresía (inflamación de las pleuras), tos, cansancio, fiebre, dolor de cabeza síntomas que cesan al cabo de 3-4 semanas tras un tratamiento con antibióticos.
La principal vía de entrada del germen en el hombre es inhalatoria.
En la psitacosis-ornitosis el contagio directo entre humanos es raro. Los comerciantes y criadores de aves con frecuencia y de forma progresiva quedan inmunizados tras el repetido contacto con las aves.
LESIONES
En la necropsia observamos como el cadáver está muy enflaquecido. La sangre con frecuencia está mal coagulada o sin coagular. En el pericardio y peritoneo (membranas que envuelven al corazón e intestino respectivamente) se observa un depósito mucofibrinoso rico en clamidias y otros gérmenes de acompañamiento. Depósitos purulentos de color amarillo grisáceo en los sacos aéreos. Tumefacción renal.
Hígado hipertrofiado, de color ocráceo, con presencia de numerosos y pequeños focos necróticos.
El bazo también se presenta aumentado de volumen, y sin lesiones específicas.
En el intestino se puede presentar enteritis acompañada en ocasiones de procesos hemorrágicos.
DIAGNÓSTICO
Debido a que la sintomatología no es muy específica, el diagnóstico certero sólo podrá ser confirmado en laboratorio por aislamiento de clamidias en hígado, intestino, pulmón, sacos aéreos, por medio de distintas técnicas microbiológicas como tinciones, pruebas serológicas, como fijación del complemento, etc. También es muy importante el estudio histopatológico de las vísceras. No obstante la prueba definitiva es el aislamiento del germen causal.
El envío al laboratorio, dada la gran contagiosidad de las muestras, en caso de psitacosis, se llevará a cabo envolviéndolas en plástico y rodeándolas de hielo, advirtiendo de la sospecha de dicha enfermedad y evitando en lo posible la manipulación del enfermo o del cadáver. Si el animal está vivo también se podrá realizar un análisis de sangre.
Existen gérmenes de acompañamiento que también pueden estar presentes conjuntamente con las clamidias pudiendo llegar a enmascarar la enfermedad. Entre estos gérmenes nos encontramos pasterellas, salmonellas, mycoplasmas, colibacilos, etc.
TRATAMIENTO
En caso de enfermedad diagnosticada a través de un laboratorio veterinario de análisis clínicos, lo más recomendable, aunque también lo más duro para el criador, es el sacrificio de las aves enfermas, portadoras y aves de las que se tenga sospecha de que puedan estar contaminadas, debido al peligro de contagio al hombre. Si se opta, no obstante por el tratamiento, se deberán extremar las medidas higiénicas.
Los antibióticos como terramicina, tetraciclinas, cloranfenicol, eritromicina, aureomicina dan buen resultado, siendo las tetraciclinas y aureomicina los más utilizados. Este tratamiento hay que llevarlo a cabo durante largo plazo (3-4 semanas), ya que en tratamientos antibióticos más cortos podemos hacer que los animales sean portadores permanentes asintomáticos, por el fenómeno de la quimiorresistencia bacteriana, pudiendo hacer éstos que la enfermedad rebrote en cualquier momento de stress e incluso que pueda ser transmitida al hombre.
Debido a la larga duración del tratamiento antibiótico, pueden aparecer efectos secundarios como inmunosupresión, micosis, avitaminosis, alteraciones importantes de la flora microbiana intestinal, etc.
Una vez pasada la enfermedad las aves alcanzan una inmunidad de duración variable.
En caso de sacrificio se procederá a una limpieza a fondo del aviario, utilizando para ello un compuesto fenólico, al que estas bacterias son muy sensibles.
PROFILAXIS
En los diferentes países se han adoptado medidas para evitar la propagación de esta infección, como prohibición de las importaciones, pasar un período de cuarentena durante el cual, en algunos países como EEUU, son tratadas con antibióticos como terramicina, etc. y se usan otras aves como centinelas para detectar la presencia de la enfermedad.
Pese a todo, existe un comercio ilegal de especies salvajes (España es uno de los países con un mayor tráfico ilegal de animales) con la consiguiente entrada de aves infectadas. Comprar pájaros a un comercio o criador con prestigio y seriedad es una buena medida de precaución.
CONCLUSIONES
El riesgo actualmente de contraer el hombre esta enfermedad es bajo, y no existen motivos fundados de preocupación y alarma para dejar de criar estas aves. Someter a las aves recién incorporadas a nuestro aviario a una rigurosa cuarentena (al menos de 6 semanas), extremar las medidas higiénicas y ante un brote de etiología desconocida recabar el asesoramiento por un veterinario especialista, constituyen las armas más eficaces de prevenir esta enfermedad.
En caso de contagio al hombre, la enfermedad no sigue un curso grave y su curación es posible con tratamiento antibiótico.

EL PUNTO NEGRO


Muchos canaricultores han oído hablar del Punto Negro y, lo que es peor, han visto corno sus pájaros morían por este problema. Sin embargo, a pesar de la amplia distribución de la enfermedad, se conoce muy poco sobre la misma. Lo que sí se sabe con certeza es:
- El punto negro que aparece en el lateral derecho del abdomen es la vesícula biliar congestionada. Una vez que el polluelo se muere se rompe la vesícula saliendo la bilis al extenor y oscureciendo toda la pared abdominal.
- Afecta principalmente a polluelos.
- Las aves nacen ya con el problema.
Actualmente se desconoce si se trata de una enfermedad contagiosa (vírica, bacteriana o fúngica) o un problema metabólico. Recientes investigaciones realizadas en Estados Unidos parecen demostrar que se trata de un circovirus, pero aún es necesario seguir estudiando este problema para poder aclarar por completo su naturaleza.
En cualquier caso, en los aviarios afectados se debe proceder de la siguiente manera:
- Escrupulosa desinfección de las instalaciones, así como de todos los utensilios que rodean a los canarios.
- Administración de vitaminas y probióticos para fortalecer sus defensas.
- Aumentar la ventilación de los locales y disminuir la densidad de las aves.
- En situaciones parecidas en psitácidas (ejemplo: papovavirus en periquitos) se aconseja reducir el número de puestas o no criar durante ese año.
Existen aves que unos años manifiestan el problema y, sin embargo, otras temporadas crían con toda normalidad. El año pasado recibí una pareja de canarios de color que había tenido bajas entre sus polluelos por esta enfermedad. Una vez en mi poder me limité a darles complejos vitamínicos y probióticos, además de una alimentación variada. La primera puesta fue de 4 huevos: 2 fértiles y 2 infértiles. A uno de los polluelos le tuve que ayudar a nacer, muriendo al día siguiente sin mostrar la vesícula biliar congestionada (punto negro), mientras que su hermano se desarrolló con total normalidad. La segunda postura también fue de 4 huevos, de ellos 3 fértiles: un embrión murió a mitad de desarrollo, sin embargo los otros dos nacieron sin dificultad y se desarrollaron perfectamente. En resumen, ninguno de los polluelos mostró la enfermedad, cuando la temporada anterior 4 polluelos de la misma pareja murieron con punto negro.
Son muchos los interrogantes que quedan por responder:
- ¿Qué factores desencadenan la aparición de la enfermedad?
- ¿Cómo se produce el contagio?
- ¿Cuál es el período de incubación?
- ¿Cuál es el tratamiento?
Parece evidente que los antibióticos no resuelven el problema, por lo que habrá que buscar sustancias que eleven las defensas de los canarios y sean ellos mismos los que venzan a la enfermedad, adultos y jóvenes.
Una alimentación equilibrada y adaptada a las distintas épocas del año, unido a unas condiciones no estresantes de luz, temperatura, humedad, evitando en todo momento los cambios bruscos y con ello una bajada en las defensas orgánicas (inmunodepresión), son factores que harán más resistentes nuestros canarios a una infección vírica.
 








1 comentario:

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